La inspectora Olivia
Garrido llega a Gijón huyendo de su anterior destino como policía y
de problemas personales. En la nueva y aparentemente tranquila
comisaría, le asignan como compañero a Alejo Verdalles, que está
pasando un mal momento familiar, superado por haberse convertido en
padre hace apenas ocho meses. El primer caso del que se ocupan como
pareja les va a estallar como una bomba de relojería. Han asesinado
al conductor de un coche en una carretera apartada en las afueras de
la ciudad. No lejos del lugar del crimen, aparece una niña con una
herida en la mano. Días después de encontrarla, la criatura permanece
callada y con la mirada puesta en el infinito. La historia que oculta
cambiará las vidas de ambos policías.