«De Poncio a Pilato» de Aurora López Güeto

 

 

Lo imagino de estatura media, fibroso y un punto brusco al colocarse la toga. De nariz aguileña y ceño permanentemente fruncido. Ojeroso y pálido. Su expresión es atormentada, propia de quien padece migrañas o quien vive asfixiado por las responsabilidades. Es poderoso, pero no resulta aristocrático y, aunque no parece acomplejado, no irradia la seguridad apabullante que se espera de la élite de una potencia mundial. Los historiadores romanos y judíos despacharon su biografía en un par de folios y ningún artista de su tiempo lo inmortalizó. Pero Pilato se hizo leyenda. A partir de la Edad Media, impresionantes obras pictóricas, escultóricas y literarias lo incluyeron como actor secundario de la Pasión de Jesús de Nazaret. El cine, con mayor o menor acierto, le puso rostro y penetró en su mente. Y, cada día, en todos los rincones del mundo, su nombre se pronuncia por millones de creyentes en el Credo católico. Pero, ¿cómo se produjo el tránsito de Poncio, el caballero romano, a Pilato, el mito?

 

Datos técnicos

Editorial: Algaida Editores (2022)

Nº de páginas: 288

Formato: Tapa blanda / Versión Kindle

ISBN: 978-8491896524

Precio: 19,90 € / 9,49 €

 

Impresiones

Está de moda el Pilates. Cuando me preguntan por mis inclinaciones deportivas haciendo referencia a dicha disciplina de ejercicios, suelo responder “soy más de Pilatos”, o Pilato si así lo prefieren. Resulta que, en Cuaresma, y por extensión el resto del año, respiro ese aire de melancolía que anuncia una Semana Santa que hubiese quedado en una sencilla y tímida elipsis si aquel procurador romano hubiese tomado la decisión de no crucificar a Jesucristo.

¿Sentencia justa o injusta? ¿Sentencia acaso? La figura de Poncio Pilato se ha convertido sin méritos propios en inmortal y, sin embargo, poco conocemos sobre el personaje. Es por ello por lo que la autora realice un esfuerzo por acercarnos a un Poncio romano y sevillano, histórico y legendario, malvado y santo a un tiempo. La Historia se compone de historias y en cada una de ellas se encadenan eslabones escritos sobre el papel o en la memoria colectiva. Los evangelistas pusieron un grano de arena sobre una pirámide de narraciones y hechos que deben ser depurados (si ello es posible) para acercarnos un poquito más si cabe al hombre que llevó a cabo el más universal de los lavados de manos.

Limpio era el señor, de eso no hay duda, si no fuera porque lavarse las manos se ha convertido en sinónimo de desentenderse de un asunto… Y si este es crucial, pues…

El docto ciudadano de Roma sintió un gran respeto por el emperador y Tiberio no supo reconocer en su modo de proceder ese afán por hacer crecer su honra, Puede que en los últimos días del segundo en Capri se hubiesen encontrado. Exilios concordantes en una serendipia cuando la sombra de Sejano dejó de ser larga y oscura. Tiranía y cobardía aliñadas con el amor incondicional de una mujer, Claudia Prócula, la de los sueños premonitorios, la de los augurios, la incondicional esposa que no dudó en acompañar a su esposo a la lejana Judea.

Judea, Cesárea y un Mesías que predicaba… el amor. Difícil diatriba para una aún más complicada condena. Pasión, Muerte y Resurrección; demasiadas emociones para un simple mortal. Pilato ante el Cristo o viceversa, poderes enfrentados, el terrenal y el celestial. Y muchas lecciones que impartir, en Huesca, en Roma o en Vienne o en el fin del mundo.

Novela didáctica, entretenida, sumamente amena y bien documentada que acerca al lector la figura de un hombre clave que vuelve a cobrar importancia en estas fechas. El libro, delicioso al tacto y al resto de los sentidos, se encuentra tapizado por una interesante portada que sugiere, y despierta… la sugestión. Si bien se advierte que se trata de un libro divulgativo, la lectura se ejecuta como si de una verdadera novela se tratara, eso sí, con el recurso de los elementos necesarios para pasar un maravilloso momento de introspección, de encuentro con las preguntas realizadas, con el placer que supone leer en voz alta para enseñar. Una delicia literaria con aroma de incienso y sabor a torrijas y pestiños. En Sevilla se servirá en plato fino, o en bandeja de plata. En el resto de España acompañará las moradas tardes de un tiempo que supone el epílogo del carnaval teñido del color tiniebla de los cirios que comienzan a ser consumidos.

Pero lo mejor de todo es que se trata de un libro que se puede leer tantas veces como sea necesario. No lo presten, bajo pena de perderlo. Regalen cultura y permitan que el receptor de la dádiva decida el destino de su ejemplar. Sin duda, una lectura muy recomendable.




Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez

 

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