Dicen de esa casa, esa que ves ahí con un seis pintado de
verde en la fachada, que ahí se habla con los muertos. Que si pagas una módica
cantidad te pondrán en contacto con el más allá. ¿Qué puedo decirte? He visto
salir de ella a hombres descompuestos, lívidos. a mujeres llorando que no
volvieron jamás. También vi, hace años, cómo se llevaban a la madre en una
bolsa para cadáveres. Las ambulancias paran mucho por aquí, sí. Yo sólo sé que
nunca han descorrido las cortinas. Que apenas van a hacer la compra ni se
relacionan con el vecindario. Él antes salía a trabajar, pero ya ni siquiera
eso. Tiene su negocio en casa, dicen que lo ayudan las niñas. Esas niñas tan
extrañas que nunca se acercan a nadie. la menor, esa es la que. Qué se yo lo
que hacen ahí. Pero no me acercaría mucho. Por si acaso. ¿Eso que llevas es una
tarjeta de visita? ¿La suya? Lo que me faltaba por ver.
Datos técnicos
Editorial: El Transbordador (2021)
Nº de páginas: 294
Formato: Versión Kindle / Tapa blanda
ISBN: 978-8412252040
Precio: 4,90 € / 19 €
Impresiones
Se trata de un
título interesante por varias razones, incluida la propia frase que le concede
identidad, una excelente y cuidada puesta en escena desde la editorial y un
conjunto de ilustraciones de Manuel Gutiérrez que contribuyen a conformar una
caja de sorpresas que se presta al regalo, a la lectura en una fría y oscura
noche alrededor de la candela o al regocijo masturbador de la soledad honesta y
decrépita en la antesala del averno.
Jugar con la
muerte no es moco de pavo, nombrarla no es una tarea exenta de riesgo y si los
asuntos de muertos se convierten en un modo de vida, pues pasa lo que pasa. El
más allá está más cerca de lo que creemos y no hace falta que lo invoquemos
para que realice acto de presencia para que nuestra vida sea un poco más
complicada si cabe.
Vic lo sabe muy
bien; tiene la lección bien aprendida. Andre y Mara se han encargado de
introducirla en el mundo de lo oculto, y además como maestra de ceremonias. La
muerte se hace presente y los recuerdos obsesivos renacen para servir como
muleta a una existencia que pretende aparecer normal y, sin embargo, es
perturbadora, muy perturbador. Arti y Ray aprenden que no se puede hacer bromas
con según qué temas. Erica, en cambio,
podría estar a punto de cometer el mayor error, el único, el definitivo.
Especial atención
merece el prólogo que Ismael M. Biurrum regala a esta peculiar historia de
terror atenuado o de fenómenos paranormales exacerbados. La suerte está echada,
que no hecha…
Asuntos de muertos
no es una novela de fácil lectura, ni lo pretende. El proceso narrativo no es
lineal y no realiza concesiones al despiste. Pero es probablemente ese su
encanto. El miedo surge cuando se digiere la concatenación de escenas que
terminan conformando capítulos que han sido confeccionados de tal forma que el
azar parece no haber sido ajeno a la hora de realizar los cortes. La narración
se encarga de servir como maestro de ceremonias de escenas en las que la locura
surge del sueño paulatinamente para terminar convirtiéndose en la verdadera
protagonista de una antagónica pesadilla de la que es necesario y aconsejable
salir.
Ese salón, esa
casa, esas muertes, pura ausencia, y el modo en el que dos hermanas afrontan
una misma escena desde los lados opuestos de un espejo opaco y transparente al
mismo tiempo. Unión y desunión, amor y desamor, lucha de opuestos cosida por
invisibles lazos para confeccionar un tejido de calidad que permite más de una
lectura, preferiblemente distanciadas en el tiempo, con el propósito de
comprobar si la perspectiva es un concepto tangible, concreto, o es efímero y
traicionero.
Quiero felicitar,
personalmente, a la autora, al ilustrador y, especialmente, a la editorial El
Transbordador por el esfuerzo realizado
a la hora de hornear un producto de calidad, embriagador, atractivo a los
sentidos y, sobre todo, muy del gusto de unos dedos que se acomodarán
extraordinariamente bien a cada página con el objeto de dar fe de que el lejano
proyecto se ha hecho realidad.
A nadie le gustan
los muertos más que a los nostálgicos y a los mismos muertos. Por ello, quizás,
hay que replantearse los principios demasiado anquilosados y cambiar la forma
de pensar. La ceremonia, el ritual, únicamente sirven a su fin si están bien
organizados y el médium muestra las cualidades necesarias. Pero este
controvertido personaje se puede rebelar y entonces…
Pasen, lean y
compartan su opinión. Pero antes deben realizar la búsqueda de un ejemplar y
tomarlo en las manos; estoy seguro que esta baza les ayudará a decidirse.
Reseñado por Francisco
Javier Torres Gómez
Si quieres hacerte
con un ejemplar lo puedes hacer desde el siguiente enlace: Asuntos de muertos
1 Comentarios
No me termina de llamar, lo voy a dejar pasar.
ResponderEliminarSaludos
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