La panza de burro es una expresión para denominar un fenómeno
característico del norte de las Islas Canarias consistente en una acumulación
de nubes de baja altura que actúa como pantalla solar. Andrea Abreu aparta esa
bruma de la panza de burro y observa a la abuela que transmite malos consejos
desde la pura inocencia y el puro salvajismo, a la niña prematuramente crecida
que domina a su amiga, pero, sobre todo, a la amiga dócil que, con el tiempo,
escribe su historia y se siente en deuda con la amiga dominadora.
Datos técnicos
Editorial: Editorial Barrett Sociedad Cooperativa Andaluza (2020)
Nº de páginas: 176
ISBN: 978-8412135336
Formato: Tapa blanda / Versión Kindle
Precio: 17 € / 9,02 €
Impresiones
Han sido tantas las veces
en las que Pilar, una de mis libreras de cabecera, me ha insistido en la
lectura de Panza de Burro, que por
fin me he decidido a dar el paso.
Se trata de un libro que
luce portada heterodoxa, no muy de mi gusto, aunque, eso sí, llamativa. Y
obedeciendo a su propia denominación, lo llamativo “llama” la atención, al
menos, la mía.
Bien, tengo entendido que
se trata de un libro bastante especial, soez, en el que se pone en acción el
más íntimo de los engranajes del dialecto canario, un libro muy auditivo,
vamos. Se me ocurre la idea de recurrir al audiolibro para no perderme ningún
detalle y me alegro como nunca de haber tomado la opción adecuada.
Sinceramente, creo que escuchar este relato disfrazado de novela corta es mucho
más enriquecedor que leerlo. He recurrido a la plataforma Audible, a la que me
he aficionado de tal forma que ya forma parte de mi vida.
En cuanto a la reseña…
Pues no se trata de un libro que me haya gustado en el sentido estricto del
término, pero sí que me ha parecido extraño, curioso e incluso interesante. No
es apto para todos los públicos, es soez con frecuencia y realiza repetidas,
cuando no constantes referencias a un lesbianismo divertido e incluso misterioso
por que Ixora, aquella que coprotagoniza estas nubes de borrasca, me ha
parecido el objeto sexual, o puede que el amor de la protagonista femenina que
narra, un relato que surge más del archirepetido “pepe” que del propio corazón.
Desde el punto de vista
lingüístico no me cabe duda de que se trata de un ejemplo a estudiar, que pone
en valor el modo de hablar en algunas islas, requiebros y dejes que siempre me
han traído recuerdos del mundo latino.
Podría entenderse Panza de
Burro como un compendio, o glosario, un ensayo con hilo argumental,
deslustrado, inerte pero vivo, lleno de matices, de colores, de evocaciones y
con una carga erótica notable que no sé si la autora quiso conceder.
Si algún lector duda de la
presencia de los vellos púbicos que avanzan o nacen en la vulva, aquí
encontrará un verdadero tratado sobre ellos y de muchas de las cosas que se
pueden hacer con su prólogo y epílogo, orificios naturales descritos, pues de
forma…”natural”
La atención se puede
escapar de forma que “el árbol no nos deje ver el bosque” y aún más graciosa me
resulta la paradoja entre continente y contenido (porque la portada no tiene
desperdicio).
Se trata de una historia
de amistad, de aprendizaje, del modo natural en el que transcurre la vida de
los personajes, del modo en que estos interactúan, de cómo van pasando los
días, de cómo la vida depara sorpresas, de cómo la niñez va dejando paso a
otras etapas muy distintas y de cómo la película que vivimos y conocemos como
vida, puede terminar en el mismo momento en que todos hemos echado el paso al
frente y nos hemos dejado conducir por las circunstancias.
No me ha gustado Panza de
Burro, pero hay que leerla.
Reseñado por Francisco
Javier Torres Gómez
Si quieres hacerte con un ejemplar lo puedes hacer desde el siguiente enlace: Panza de burro
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