Odón Calleja es un inspector de policía asturiano, con los
cuarenta bien superados, y harto de un comisario jefe inepto, dependiente de
los laboratorios y déspota. Pepe es un ingeniero, más o menos de la misma edad
que Odón, que busca reorientar su vida profesional hacia la consultoría
pericial por cuenta propia. Ambos se conocen casualmente y fundan la Agencia de
Investigación Marbella, con oficinas centrales en La Felguera. Después de
resolver con brillantez su primer caso importante, se enfrentan ahora a un
nuevo enigma preñado de peligros invisibles. Ramón García, potentado empresario
ovetense, fallece en un extraño accidente de tráfico, en un lugar donde no
debería estar, y a bordo de un coche sin número de bastidor y conducido por un
tipo imposible de identificar. Cuando las fuerzas del orden encargadas del caso
comienzan a atascarse en sus investigaciones, la viuda contrata a la Agencia de
Investigación Marbella en un intento desesperado de darle aire a las pesquisas.
Los miradores verdes es la segunda entrega de la serie dedicada al detective
Calleja; un profesional atípico en el mundo de las novelas policiales porque no
bebe, no fuma, no sufre, y participa activamente en el crecimiento de una feliz
familia, junto con su esposa Margarita y sus dos hijos.
Datos técnicos
Editorial: Círculo rojo (2022)
Nº de páginas:240
Formato: Tapa blanda
ISBN: 978-8411282000
Precio: 15,67 €
Impresiones
Un nuevo caso del detective Calleja, Odón Calleja, de la agencia Marbella, para más señas.
Es impresionante
el modo en el que el señor Pastrana me ha empujado a su mundo, el mismo que se
encuentra entre la fantasía y realidad —ojo, que él afirma que todo o casi todo
es ficción— y que tan buenos ratos me ha hecho y me sigue haciendo pasar. Sí,
hay una nueva entrega en el horno y estoy seguro de que, en breve, la tendremos
por estos lares, entrevista al autor incluida.
Pastrana es un
hombre culto y, además, sabe escribir, dos cualidades no tan comunes como se
pudiera aventurar. De este modo, el más sencillo y directo, me presentó a su
ingeniero, todo un “clásico” para quien reseña, un precoz clásico de acuerdo con
la prolífica mente del artista cuyas musas están visitas con más frecuencia que
la suegra cargada de comida congelada.
El detective
Calleja, de La Felguera, asturiano de pura cepa, parece ser el cerebro de este
negocio que va viento en popa gracias a la labor paralela de su socio, que no
es otro que un tal Pepe Pastrana, ¡el ingeniero! Debo regalar todo el mérito a
este simpático autor — de cachondo lo tildaríamos en el sur—, quien destila un
humor sutil e inteligente, que combina a la perfección con la descripción
pormenorizada de cada objeto electrónico, material de construcción, elemento
mecánico… Y eso que no sumamos cualquiera de los habitantes del mundo
automovilístico pues un Honda es su alma y un deportivo su pasión (Morgan,
Maserati…) Un friki, esa es la definición de nuestro amigo Pastrana y en caso
de estar equivocado, que venga él mismo a desmentir la afirmación —me rio, no
puedo hacer otra cosa—.
En este caso
comenzamos con un sospechoso accidente de automóvil, perfectamente descrito (no
podía ser de otro modo) y comienza la historia en la que el equipo formado por
Basilio, el Guaje, Odón, Pepe y Lalo vuelve a convertirse en esa versión
asturiana de “Los Cinco” que tanta aceptación encontrará entre el público. Por
supuesto, no faltarán las galletas, los macarrones con tomate y los deliciosos
cafés de origen que prepara Basilio como nadie, pero la trama dará un giro
inesperado y…
Los miradores
verdes, precioso título ¿verdad? A mí, desde luego, me lo parece. La mujer, vulgo
esposa, del finado contratará a nuestros amigos que se pondrán las pilas y, con
sus poco ortodoxos métodos, intentarán sacar punta a unos indicios que han
pasado desapercibidos para la mismísima benemérita. Conflictos de intereses
aparte, ya solo habrá que recurrir a desternillantes diálogos y formas, más
propios de Eduardo Mendoza que de otro referente para lograr el esperado efecto
que estoy seguro de que persigue Pastrana desde el mismo momento de ponerse a
escribir, compulsivamente, con maestría y un mejor humor.
Novela que cumple
con todos los tópicos del género y que es digna continuación de sus
predecesoras —aunque de lectura independiente—, deja ganas de más y ahí es
donde reside la magia. Gancho y energía. Estilo en las formas y no en el contenido,
muchas veces zarrapastroso y eficaz a un tiempo, para no faltar a la cita con
el peculiar encanto de una forma de escribir original y reconocible.
Para los lectores
indecisos, recomiendo la lectura de los libros de J. Luis Pastrana, un autor independiente
al que le tengo especial cariño, que publica con el sello Círculo Rojo y seguro
que invierte sus dineros esperando una compensación no económica, sino
sentimental. Este reseñador lo acompaña en el sentimiento mientras guarda las
formas en vez de explotar en risas y vítores tal como le gustaría, porque son
tan entrañables estas aventuras en forma de entrega o viceversa…
Me gusta hacer de
padre y llamarlos “mis escritores independientes” porque en ellos encuentro ese
“algo” que busco, y no hay mayor placer que asistir a este encuentro entre las
cubiertas de un libro elaborado con el cariño. Después viene todo lo demás…
Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez
Si quieres hacerte con un ejemplar lo puedes
hacer desde el siguiente enlace: Los miradores verdes
A pesar de tu recomendacion lo voy a dejar pasar que no me termina de convencer.
ResponderEliminarSaludos