Entrevista a Alberto Atienza autor de «El despertar de las lechuzas»

Alberto Atienza

Entrevista a Alberto Atienza

Bienvenido, Alberto, a esta tu casa en la que esperemos que te sientas cómodo. No dudes en moverte por ella como si fueras el inquilino. Pero tendrás que ganarte el favor del público lector contestando a una serie de interrogantes que nos han surgido.

«El despertar de las lechuzas». Bello título. Cuéntanos cómo surge este sugerente enunciado.
Siempre he pensado que el título de una novela es como la puerta que nos invita a entrar en la historia que se narra en ella. Es un título muy meditado, de hecho, barajé bastantes antes de decantarme por este.

Creo que define bastante bien el espíritu de la novela y el espíritu de los protagonistas. Las lechuzas son animales nocturnos y bastante enigmáticos. Además, puedo estar equivocado, pero, para mí, las lechuzas representan, mejor que otros animales, la fragilidad que esconde una gran fortaleza, la apariencia de debilidad de la que pueden intentar aprovecharse animales más grandes y fuertes, como halcones, buitres y águilas.

Pero estos animales olvidan a menudo que todos los animales, grandes y pequeños, diurnos o nocturnos, grandes o pequeños, tienen la posibilidad, incluso el deber, de despertar, de rebelarse contra la injusticia y la maldad, de luchar por su felicidad

Pero la historia no trascurre por la noche… ¿o sí?
Buena pregunta. No, la historia no transcurre de noche, aunque, en cierto modo, sí que transcurre en una noche emocional de la que los personajes deben y pueden tratar de despertar. Si finalmente lo consiguen, es algo que sólo puedes averiguar leyéndola.

¿Alicia es una joven imprudente? ¿Cómo decides comenzar la historia con el embarazo de una menor?
Comencé a escribir esta historia cuando nació mi hija Claudia. Como padre, esa imprudencia de la que hablas me preocupa bastante y a menudo me he preguntado cómo reaccionaría yo ante una situación como esa. Creo que ese es el origen.

En mi opinión, hay una gran maldad, incluso una gran crueldad en aprovecharse de la inocencia y de la ingenuidad de las personas que, en un momento dado, pueden ser más débiles que nosotros. Yo quería reflejar ese contraste entre inocencia y crueldad, y creo que lo que le sucede a Alicia lo refleja bastante bien.

Y de pronto, Jorge.
Si, de pronto Jorge. El mundo está repleto de Jorges, ¿No te parece? Estamos rodeados de ellos. Lo importante es no convertirnos nunca en un “Jorge”, en alguien capaz de aprovechar las innumerables oportunidades que nos da la vida para sacar partido de los demás en nuestro propio beneficio. Puede que la bondad no esté demasiado valorada y nos haga parecer ingenuos o bobos, pero que Dios bendiga esa ingenuidad

¿Por qué Briviesca?
Fue un amor a primera vista.
Buscaba un lugar donde ambientar la novela, un lugar donde nunca hubiera estado, para dar más libertad a los personajes, y navegando por internet vi un documental sobre Briviesca.

De inmediato supe que mis protagonistas debían estar allí. Me pareció un pueblo maravilloso. No lo conozco personalmente, pero espero poder visitarlo algún día.

Suponemos que el Puerto de Santa María como punto de partida se debe a tus buenas relaciones con esa calle Misericordia y con la Prioral de esta localidad.
Se debe a algo mucho más importante. Se debe a la buena relación que mantengo con Genoveva, mi mujer, que es del Puerto de Santa Maria, concretamente de Valdelagrana, por lo que no podía comenzar en otro lugar.

El caballero de la armadura de trapo…
Sí. ¿Puedes imaginar algo más ingenuo o más tonto? Alguien que usa una armadura de trapo para defenderse de los ataques. Aunque si lo piensas, todos llevamos una armadura de trapo para defendernos de los demás, sobre todo de esos enemigos que nos golpean en el corazón. Por mucho que creamos que nuestra armadura es de acero o de adamantium, somos caballeros que usamos armaduras de trapo, que en el fondo son incapaces de protegernos del dolor, de los desprecios, de la envidia, de la tristeza o de la muerte.

El fantasma…
El fantasma... El personaje que refleja la fragilidad, la dulzura, la tristeza, la ternura y la generosidad más absoluta. Refleja todo lo que admiro en las personas. Además es, posiblemente, el más importante de toda la novela.

No se lo digas a mi mujer, pero me enamoré profundamente de ese personaje.

Y en el pueblo, todos con mote ¿verdad?
SÍ. He de reconocer que encuentro mucho encanto en los motes. Cuando yo era niño, en el colegio todos teníamos un mote. Quizá he querido realizar un homenaje a mi niñez en la novela. A mi hermano Daniel y a mi nos llamaban los gorilas.

Creo que el humor es algo fundamental para enfrentarte a la vida y los motes hay que tomárselos siempre con humor. A menudo hay mucho cariño en un mote, aunque a veces no hay ni pizca de ese cariño en ellos. En el caso de la novela, sÍ que lo hay.

La trama argumental corre paralela a hechos históricos de gran relevancia. ¿Eres amigo de la historia?
Si, soy muy aficionado a la historia. Me encanta leer biografías y ver documentales. Mis películas favoritas son las que tratan temas históricos. Me divierte mucho verlas y leer posteriormente sobre lo que han contado, para averiguar cuántas licencias cinematográficas se han tomado que, salvo honrosas excepciones, son a menudo enormes.

Mi padre, que es un verdadero erudito, me ha inculcado esa pasión por los tiempos pasados. Trato de inculcarle esa pasión a mi hija, pero creo que no lo estoy consiguiendo.

Una historia resumida en unas cartas. No es original, pero siempre efectivo. Cuéntanos.
He de reconocerte que, desde el primer momento, pensé que este sistema de cartas era el más adecuado. Ahora todo es muy sencillo y rápido, con los “wasap”, correos electrónicos... Pero antes todo era muy diferente.

Yo estudié Derecho en Pamplona, hace ya muchos años. Recuerdo que hablábamos una vez al mes con mis padres. Por ello, solía escribirles larguísimas cartas en las que les contaba cómo transcurría mi vida de estudiante.

De ahí surge mi amor por las cartas. Creo que al escribirlas somos incluso más nosotros mismos que cuando hablamos por teléfono o en persona, reflejamos mejor nuestros sentimientos y opiniones. Somos más sinceros. Al escribir una carta estamos a solas con nuestros recuerdos, nuestras ideas, nuestros sentimientos... Escribir una carta es entablar un diálogo con la persona a la que escribimos y con nosotros.

Las cartas son perfectas para los recuerdos y perfectas para mi novela.

Creo que si leemos las cartas que escribe una persona, podemos tener un perfecto mapa de sus emociones y sus sentimientos y, en cierto modo, eso es mi novela, un mapa de sentimientos, emociones y pensamientos.

Edición cuidada con llamativa portada, aunque al recorrer las páginas se descubren puntos fuertes y débiles. La editorial Célebre, encargada del proyecto… Cuéntanos cómo ha sido el proceso.
El proceso de creación de la portada fue complicado. La portada es el envoltorio de la novela y debe ser atractiva y sugerente para que el lector se interese por ella. No fue el primer diseño. Inicialmente yo tenía una idea que, en mi opinión, era muy buena, pero a la editorial no le gustó. Ahora, viendo la portada definitiva, reconozco que ellos tenían razón.

En cuanto a la maquetación o diseño... He de reconocer que yo he tenido poco que decir. Ellos son los expertos. Lo más importante para mí es que no retocaran ni cambiaran la historia y la que han publicado es la que yo escribí. Eso es lo más importante para mí.

Jorge tiene suerte en la vida, aunque esta le sea esquiva al final. Simetría cargada de sentimientos y…
Pienso que la suerte es una gran tramposa y, sobre todo, tremendamente infiel. La suerte es caprichosa y cruel, absolutamente impredecible. Podemos tener una suerte inmensa y, un segundo más tarde, perderla por completo.

Yo creo en la suerte, en la buena y en la mala. Creo que forjamos nuestro destino pero que ese destino no nos pertenece por completo. Puedes llamarlo suerte, o casualidad, o destino... Puedes llamarlo como quieras, pero creo que todos hemos experimentado en más de una ocasión cómo el destino o nuestros planes se iban truncando o, por el contrario, mejorando, en función de acontecimientos completamente ajenos a nosotros.

Pienso que debemos hacer nuestros planes, tratar de cumplir nuestros objetivos, pero estar siempre atentos a esos cambios imprevistos e impredecibles que pueden surgir en cualquier momento y saber cambiar esos planes u objetivos.

Queremos saber alguna anécdota que haya rodeado la creación de esta novela.
Tengo una anécdota un poco tonta pero que me resulta muy bonita.

Verás. Mi hija es gran amante de los animales y tenemos un perro y tres gatos que hemos recogido de la calle. Uno de esos gatos, Simba, es un gato por el que siento especial cariño. Pues bien, siempre que me siento delante del ordenador, este gato me sigue y se tumba en mis rodillas, de forma que he escrito toda la novela tecleando con una sola mano, pues la otra la tenía sobre este gato, pues si no le acaricias se enfada y empieza a emitir un gruñido bastante molesto.

Influencias…
Imagino que bastantes influencias hay en la novela. Al final somos un compendio de todo lo que leemos, lo que vemos y lo que vivimos, de forma que nuestro corazón y nuestros pensamientos se forjan con experiencias propias y prestadas.

Desde Matar a un ruiseñor, por cierto, una película extraordinaria que me gustó aún más que la novela de Harper Lee, hasta las obras de Miguel Delibes o Antonio Gala, pasando por una infinidad de recuerdos y experiencias, de sueños, de fracasos y de amarguras... Imagino que hay infinidad de influencias en esta novela.

Uno de mis grandes sueños es que, algún día, pueda yo servir de influencia o inspiración a alguien.
   
¿Manías a la hora de escribir?
Para serte sincero, no tengo manías al escribir, al menos que yo me haya dado cuenta. Suelo llevar siempre una libreta y un bolígrafo, pues pienso constantemente en la novela. Si se me ocurre una idea, la anoto, o incluso párrafos enteros.

Recuerdo cómo podía estar comprando en Carrefour, o tomando algo en un bar, o en el parque con mi hija, o en cualquier lugar, y de repente mi mujer me miraba y me preguntaba ¿Estás aquí o estás en Briviesca con el caballero de la armadura de trapo? Solía decirle la verdad, que mi cuerpo estaba con ella, pero mi mente en Briviesca, lo que generaba un gran enfado.

¿Expectativas?
Realmente no tengo expectativas concretas. Lo que deseo es que el lector conozca la historia de Raúl y se deje llevar por ella. No me gusta tener demasiadas expectativas, porque pueden quedarse demasiado cortas o ser demasiado desmesuradas. Todo lo que me traiga mi novela será bien recibido. Mi obligación es luchar por ella y tratar de que llegue al mayor número posible de personas.

Si tuvieras que presentarla en la Feria del Libro te gustaría estar junta a…
Junto a alguien que me la compre...
No, es broma. Tengo una larga lista de escritores a los que admiro y con quien desearía poder hablar o, al menos, estar sentado a su lado. Hay grandísimos escritores en España.

Y desearía poder pedirles consejo. Cuando alguien está comenzando y tiene a tantas personas a las que admira y considera maestros en la literatura, es difícil poder elegir.

¿Tienes una princesa de pelo naranja?
Si. Tengo la enorme suerte de tener una princesa. Es mi mujer, Genoveva.
La conocí en febrero de 2007, curiosamente a través de una página de internet de esas de contactos. Desde entonces estamos juntos. Como puede imaginar, en la relación de la princesa y del caballero de la armadura de trapo que se narra en la novela, hay mucho de mi relación con ella, aunque no nos han pasado lo que les pasa a ellos.


Y después de esta entrega… ¿hay algo en cocina?
Sí, sí que lo hay. Estoy cocinando una novela con la que estoy francamente ilusionado. Espero ganar con ella el Master Chef literario.

Es broma. Como te he comentado, el humor es importante en mi vida.

Es una novela que llevo muy adelantada, espero poder tenerla medio terminada en 2021. De todas formas, no me gusta hablar de algo que no tengo terminado, por aquello de que no se tuerza. De hecho, salvo mi mujer, nadie sabía que estaba escribiendo una novela hasta que comencé a entregarles el primer borrador para que opinaran sobre ella. ¿Ves? Puede que esto si que sea una manía como escritor.

Es el momento del alegato final. Por favor, convence a nuestros lectores para que compren El despertar de las lechuzas.
En mi alegato final sólo tengo una pregunta qué hacer al lector:

¿Que estás dispuesto a hacer por amor? ¿Estás dispuesto a morir? ¿Estás dispuesto a matar? ¿Estás dispuesto a sacrificarlo o a perderlo todo por amor?

Este es el centro de la novela. Los protagonistas se ven obligados a responder a esta pregunta, y trato de que el lector, de algún modo, se vea también forzado a responder.

Con esta novela trato de emocionar, de sorprender constantemente al lector, de divertirle, de hacerle reflexionar y, en última instancia, de que no se quede indiferente al leerla.

En esta novela se tratan temas de gran importancia, como la soledad, el sacrificio, la homosexualidad, el aborto, el perdón, la muerte, la esperanza...Cuento una historia pequeña e inmensamente gran a la vez. El lector se verá reconocido en esta historia, se verá interpelado y permanente cuestionado. Trato de establecer un dialogo constante con el lector y que, a través de este diálogo, reflexione sobre temas sobre los que, quizás, no ha reflexionado hasta ahora.

En definitiva. Quiero pedirle a los lectores que se atrevan a despertar y a acompañar a las lechuzas en este viaje. Les garantizo que no se arrepentirán de hacerlo.

De momento, creemos que es suficiente. Tómate un respiro y hazte seguidor de nuestra página si no lo eres ya. Para nosotros, eres uno más de la familia. Enhorabuena y gracias.

Entrevista realizada por Francisco Javier Torres Gómez

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