«Los juguetes de la guerra» de Carolina Pobla
Una mujer lucha por sacar
adelante a su familia mientras el amor y la amistad se abren paso en tiempos de
guerra.
Una tarde de otoño en Barcelona, a Violeta, la madre de la autora, le
comunican la muerte de su hermano Víctor. Y con la noticia llega la gran
revelación: Víctor era adoptado. En 1942, Elsa, viuda de un aviador de la
Luftwaffe y madre de seis hijos, entre ellos Violeta, regresa al pueblo de
Baviera en el que pasó los veranos de su infancia. Desea alejar a sus hijos de
la guerra, pero a su llegada se encuentra con la mansión familiar reconvertida
en hospital militar y tiene que acomodar a su familia en una humilde cabaña en
el monte. Mientras a su alrededor el país se desmorona, los niños crecen y
viven experiencias que los harán madurar deprisa. Elsa, una madre luchadora y
una trabajadora eficiente que utiliza sus conocimientos como comadrona para
ayudar en el hospital, también es una mujer joven que, a pesar del caos
imperante, vivirá una intensa historia de amor.
Puedes leer el primer capítulo aquí
Datos técnicos:
Editorial: Maeva (2020)
Nº de páginas: 440
Formato: Tapa blanda / Versión Kindle
ISBN: 9788417708665
Precio: 19,00 € / 9,49 €
Sobre la autora: Carolina Pobla
Impresiones
Empecé a leer el libro un poco reticente porque es el tema de la Segunda
Guerra Mundial está trilladísimo y por lo general se cae en la facilidad de
historias muy trágicas y sensibleras que remueven las entrañas, ojo, no quiero
decir que no sean buenas historias, ni que no me gusten; la crueldad estaba
presente en todos los lados, pero está muy manido, y desde luego hay otros
aspectos que explorar en esa época histórica más allá de los campos de
concentración.
Por eso al leer la sinopsis captó mi atención, la historia se desarrolla en
un pueblecito de Baviera y el escenario cambia, ¿cómo se iba a apañar la
protagonista para vivir en el monte sola con los niños?
La trama va in crescendo y te atrapa desde el primer
momento; Violeta es una mujer muy fuerte y en su vida ha pasado cosas horribles
junto a su marido que la trataba como una máquina de desahogo, sin importar el
peligro que corriera con cada nuevo embarazo. Así que lo mejor que le
puede ocurrir es que se muriese, aunque con ello tuviera que luchar ante los
peligros de la guerra sola con un montón de pequeñajos. Cuando llega a su nuevo
destino y comprueba que su casa, su mansión exactamente, está ocupada y la usan
como hospital militar al servicio de la guerra, tiene que subir al monte a una
pequeña casa y sobrevivir ahí.
Sus estudios como comadrona harán que llegue a tolerar al médico del
hospital, lo que resultará después en una bonita historia de amor con el paso
del tiempo.
Pero Violeta y su familia, así como amigos suyos no dejan de ser juguetes
de los dirigentes de ambos bandos, para sobrevivir tendrá que trabajar con unos
y con otros tragándose sus propias opiniones, pero no sólo ella, todo el mundo,
lo importante es resistir. ¿Y… es que acaso no somos todos peones y juguetes en
la guerra de otros? Las personas son seres humanos y la guerra saca lo peor,
pero también lo mejor de cada uno y por ejemplo se puede tratar como propio a
un niño judío para salvarle la vida y entre todos ocultar al mundo quién es
realmente. Los niños crecen a una velocidad pasmosa y prueba de ello es como se
cuidan unos a otros. Violeta tiene que renunciar a muchas cosas, incluso a sus
hijas para que tengan una oportunidad y puedan sobrevivir a los horrores que
les rodean.
Una historia de amor, de confraternidad, de unidad de un pueblo, de cómo la
gente va cambiando según las circunstancias. De lo importante que es estar
rodeado de personas que te quieran para sobrellevar mejor la vida y ayudarse en
los momentos más difíciles.
Sí se habla de la guerra, de los alemanes, de los americanos… de cómo el
pueblo alemán no era ni consiente de las atrocidades que se cometían a favor de
una raza superior, de cómo se manipulaba la educación para que la población
pensara lo que necesitaban (aunque eso se hace también hoy en día según
interese), se habla de la guerra palpando lo que sienten los personajes que no
están en una primera línea y que nos son sometidos a atrocidades, pero que
están sometidos de otra forma; obligándoles a servir a la nación de una forma u
otra: cediendo sus casas, su comida, sus enseres… para satisfacer a los que en
ese momento estén gobernando.
Es una novela que denuncia otros aspectos y realza la calidad humana, que
relata cómo iba fluyendo la vida de los habitantes de un pueblo pequeñito
mientras la guerra transcurría.
Reseñado por Rocío Carralón
Si quieres hacerte con un ejemplar puedes
hacerlo desde el siguiente enlace: Los juguetes de la guerra
2 Comentarios
Me alegra que te haya gustado, pero este libro no es para mi. Lo dejo pasar.
ResponderEliminarSaludos
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que sí, es un tema muy trillado y al final una se cansa de leer tantas novelas ambientadas en esta dura época, aunque no quiera decir que por eso sea una mala historia, como bien dices.
No sé, en principio no me apetece un libro así, pero tampoco le diría que no, porque de vez en cuando vuelvo a esta época, que al final estoy enamorada de novelas como La ladrona de libros.
¡Un saludo!
Recuerda visitar nuestra política de privacidad. Esperamos tus comentarios