Rocío de Juan y sus relatos inquietantes.
Para aquellos que no conozcan a
Rocío de Juan, les contaré que posee una voz que embauca, como aquella de la
que hace alarde la protagonista de uno de sus relatos, Abejas en la boca (Un cuento de la Otra Arcadia). Quizás sea ese el
pegamento que me impele a escribir sobre ella… Capaz de atraer la atención del
más despistado, esta polifacética escritora convertida en experta en el género
del relato y del microrrelato se ha hecho poseedora de múltiples galardones literarios
haciendo lo que más le gusta, aunque no me encuentro en condiciones de afirmar
si ello coincide con la escritura o con la locución, pues con un micrófono en
las manos…
Recientemente he podido leer,
releer y además examinar con detalle su última publicación, La posada de los vientos y otros relatos
inquietantes, y he de confesar que he quedado muy satisfecho. Este sentir
se debe al buen manejo de las palabras, al torrente de imaginación volcado y a
la más que ajustada extensión de cada narración, elementos todos ellos que
hacen del volumen (no voluminoso) un ejemplar ideal para depositar sobre la
mesilla de noche para dosificarlo cuan pastillas para dormir (o no dormir,
pues hay relatos revoltosos) y no solo
para contemplar la bella portada con la que la editorial Pangea nos regala la
vista. Manejable manuscrito, se encuentra compuesto por quince relatos de
heterogénea naturaleza que bien pudieran ser desmembrados en este artículo a
modo de reseña pero estarán todos de acuerdo en que es mucho más atractivo que
sea la propia autora quien realice tales funciones. Por ello, invitamos a Rocío
de Juan a que nos acompañe durante esta humilde velada literaria. Su sonrisa
anuncia que se siente a gusto.
Bueno, bueno, bueno… Aquí estás,
frente a tu entrevistador, esperando escuchar las preguntas con las que
intentaremos sorprenderte, o quizás se trate de las mismas que siempre se te
formulan. Al fin y al cabo, has venido a hablar de tu libro (Umbral, un abrazo
muy fuerte allí donde estés).
Para empezar queremos que Rocío
de Juan hable de Rocío de Juan y nos la presente:
Muchas
gracias, Javi 😊Rocío de Juan es una niña a la que le gustaba mucho leer,
escribir, y que decidió con seis años que sería maestra y bailarina (hacía ballet
como extraescolar). La primera profecía se ha cumplido; la segunda experiencia
solo le dejó una brecha por correr alocada jugando al pilla pilla. Creo que eso
también habla de ella: es impulsiva, apasionada de lo que le gusta y disfruta
muchísimo con la gente.
En la presentación que he hecho
he pecado de osado, pero no he mentido; tu amor por los micrófonos viene de
largo. Cuéntanos…
De
pequeña hacía teatro, y considero que la voz al otro lado del micrófono también
hace cierto uso de sus dotes de actor o atriz para engatusarme, para atraparme
con las modulaciones de la voz y sumergirme en otra atmósfera. Es muy parecido
a lo que sucede con la escritura, solo que tus herramientas son las palabras.
En
2011 tuve la oportunidad de hacer un curso de locución y doblaje en Valladolid,
y durante dos años estuve involucrada en un grupo de facebook donde hacíamos
doblaje amateur, e incluso puse voz a la protagonista femenina de una webserie.
Posteriormente me llamaron del estudio de grabación donde había hecho el curso
y trabajé con ellos dos años más poniendo voz juvenil a anuncios de radio,
(curiosamente varios de ellos del área de Sevilla), y a audios de DVD de
empresa. Tuve que dejarlo cuando me trasladé a Sevilla en 2017 pero es, sin
duda, algo que echo mucho de menos porque la experiencia frente a un micrófono
es increíble.
Cómo se inicia la autora en este
difícil mundo de las letras (difícil en lo económico, que no en satisfacción):
Escribir
me apasiona; mi primer relato lo escribí con cinco años y seguí creando
ficciones en los años siguientes. Aunque me presentaba a concursos literarios, donde
recibí algún eco fue en los del colegio e instituto. Mi primer gran hito fue ganar
un certamen nacional que se convocaba en Valladolid. A partir de ese momento,
decidí que necesitaba «tomármelo en serio», practicar, pulir, mejorar. Entré en
contacto con otros escritores gracias a los foros literarios, nos dábamos
nuestra opinión, nos «obligábamos» a escribir con frecuencia semanal. Fueron
unos años muy productivos que me hicieron crecer como escritora. Gané algunos
premios, publiqué en revistas literarias, hice talleres de escritura, y, un día,
me llegó la noticia de que alguien se interesaba por mis relatos.
Y de repente se publica en 2011 Geografía humana en tierras imaginadas…
Esa
persona que se interesaba por mis relatos —los había visto en Internet en las
revistas que menciono—, me pidió que le enviase un manuscrito para su
valoración, y yo le entregué una recopilación de 9 relatos. Ese fue mi primer
libro, editado en versión castellano-francés ya que la editorial era de un
hispanista residente en Francia. Al año siguiente publiqué con una editorial
digital, Literanda, mi segundo libro de relatos: La posada de los vientos y
otros cuentos inquietantes. Quería ver si la difusión del libro digital le
daría más recorrido al libro, y me sirvió para descubrir que la promoción es un
aspecto indispensable, sobre todo la que realiza el propio autor. Aprendí
lecciones muy importantes que luego he puesto en práctica.
Rocío de Juan coordina talleres
de escritura, realiza asesoramiento literario y corrige textos (si necesitas
corregir algo de esta entrevista, lo haces sin cortarte ni un pelo):
Ya lo
estoy haciendo, ja, ja, pero solo un par de detalles 😊
En
efecto, tengo mi propia miniempresa, con esas tres actividades. La más «visible»
es la parte de los talleres, que me permite entrar en contacto y crear afinidades
con personas con las que comparto la pasión por la escritura. Yo disfruto
escribiendo y trato de transmitir esa experiencia y hacerla lo más amena posible,
además de crear un ambiente de grupo que estimule el compartir la producción propia,
que cree sinergias y transmita mucha positividad. Por su parte, el asesoramiento
literario es una especie de taller personalizado, sesiones uno-a-uno, adaptadas
a la necesidad particular de cada persona: tramar una novela, iniciarse en el
relato, aprender a analizar textos, etc.
Y,
por fin, la corrección. Esa parte oscura y escondida dentro del proceso de edición
de un libro, y que me parece fundamental. Yo misma envío a corregir mis textos.
Nadie es buen juez en causa propia, y siempre te ayuda la mirada de otra persona,
sobre todo si esta puede señalarte dónde se localizan los puntos a mejorar y te
da herramientas para hacerlo.
¿Se puede vivir de la literatura?
Si me
hubieras dicho: «vivir de la escritura», te diría rápidamente que eso lo
consiguen solo los escritores de bestseller, excepciones como Stephen King.
Pero si ampliamos al término literatura, entonces creo que sí es posible:
puedes generar ingresos como autor, lector profesional, escribiendo artículos
de cultura, dando talleres de escritura, corrigiendo, siendo ponente, y un
largo etcétera.
¿Qué ha supuesto la reedición de Laposada de los vientos y otros relatos inquietantes?
Desde
luego, para mí ha sido la oportunidad de vivir una experiencia como autora, al
conseguir mayor proyección que la que tuvo el primer libro, ahora descatalogado.
Aprendí de mis errores de escritora-que-publica, y la editorial Pangea, con su oferta
de contrato editorial, me abrió las puertas a darle otra oportunidad a mi libro,
seis años después, y llenarme de alegría con cada paso del camino. Como ha coincidido
con una etapa de mi vida volcada plenamente en la literatura, el disfrute se ha
multiplicado exponencialmente: cada presentación, taller-exprés o charla hablando
de mi libro ha sido una oportunidad de entrar en contacto con lectores, algunos
también escritores, y enriquecerme con sus consejos, su amistad, sus propuestas
para eventos u otras presentaciones… me ha abierto la puerta a un mundo que me
fascina.
Si tuvieras que compartir caseta
en la Feria del Libro elegirías a… (el librero no vale pues va incluido en la
caseta)
Me
encantaría charlar entre firma y firma con Cristina Fernández Cubas, autora
cuyo estilo admiro. A ver si le sonsaco alguno de sus secretos. 😉
Pasemos a mayores. Entre los
relatos de tu último trabajo me han gustado especialmente Armario de escobas, El tren de la bruja y El prisionero del desván,
seguramente porque veo reflejado mi propio estilo en ellos. Pero nos gustaría
saber cuáles son tus favoritos entre los recopilados en esta antología.
Mi
favorito, sin duda, es Todos los naufragios, porque reúne un elemento
que me encanta, el tema de los hermanos gemelos y su conexión de pensamiento.
También me gusta Abejas en la boca, donde hay un aire de cuento cruel
que me gusta especialmente y, por supuesto, La posada de los vientos, el
relato que le da título a la antología y hacia el que siento un cariño casi maternal.
Cuéntanos alguna anécdota
literaria que nos haga sonreír…
Hace
tres años, ya aquí en Sevilla, una chica me ofreció colaborar con ella en un
evento literario. Por la foto yo le había calculado unos treinta recién
cumplidos (y esa era, en efecto, su edad). Cuando por fin nos conocimos, en un
local más bien oscuro (para que luego digan que de noche todos los gatos son
pardos), se me quedó mirando como si no terminara de convencerse de que yo era la
misma que la de la foto del perfil de wasap (prometo que yo siempre tengo una
imagen actualizada), y me espetó: «¡Ay, creí que eras mucho más joven!».
En
ese momento fui consciente de lo que una diferencia de diez años, que era lo
que nos llevábamos, pesa a determinadas edades, ja, ja, ja.
¿Algún vicio o manía delante del
teclado?
Yo
diría que no. Puedo escribir en silencio y con ruido. Mejor con calor que con
frío, pero siempre hay estrategias para abrigarse. Y adoro los meses de
invierno para trabajar, digamos de noviembre a marzo, porque soy más
productiva. Pero, en general, no soy exigente con las circunstancias externas
para atacar la hoja de Word en blanco.
Es hora de vender tu libro. Pero
de que lo vendas tú. Aporta a los lectores cimientos fuertes para que decidan
adquirir tu obra.
La
posada de los vientos y otros relatos inquietantes es un libro de relatos donde se usa el toque fantástico
para hablar de nuestros miedos, de lo desconocido, de la angustia ante lo que
no podemos o sabemos manejar. Hay tres elementos principales: las casas, los
fantasmas y las familias. Las casas nos llevan al territorio de nuestra
intimidad, el «yo», que aquí se ve interpelado. Los fantasmas, en sus diversas
manifestaciones —pues aquí también hay invenciones de la mente—, representan
aquello que nos atemoriza porque no sabemos darle nombre, ni tenemos
herramientas para hacerle frente. Por último, el elemento de la familia es
vital: ella suele ser nuestro soporte, el pilar en los que nos apoyamos, y en este
libro puede llegar a ser un modelo tan frágil que proporcione desamparo allí
donde debiera existir seguridad.
En
resumen, es un libro de relatos de fantasía psicológica, donde cada historia
podría ser haber sucedido y que pretendo que, en esa oculta región de la
insconciencia, realmente tenga existencia. Todo puede suceder en el Otro Lado.
Podría extenderme, pero ya te
pillaré en alguna Mesa Literaria y me despacharé bien. Te agradezco tu
disposición y te agradezco tu sonrisa. Un abrazo muy fuerte y… Suerte…
Eso
ha sonado a amenaza, ja, ja. Muchas gracias y otro abrazo para ti. ¡Gracias por
la entrevista!
Francisco Javier Torres Gómez
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