Desde que comencé mi aventura como contadora de historias siempre pensé que el deseo por plasmar en palabras y frases las imágenes que aparecían en mi mente, se debía a mi pasión por la lectura.
Pero creo que para ser sincera la raíz de esta maravillosa locura que se fragua en mi imaginación, se debe más a mi interés por escuchar y observar a la gente con la que me encuentro. Me gusta contemplar las vidas ajenas, comprender los motivos que les llevan a comportarse de un modo u otro, analizar los resultados de las acciones y luego dejar que mi imaginación teja una red de verdades y mentiras para crear una historia que resulte interesante al lector.
A veces he preguntado a escritores consagrados, con los que he tenido el placer de coincidir, la forma en la que creaban sus personajes, si para ello se fijaban en alguien de carne y hueso. La respuesta de la mayoría es que en actores, cantantes o gente famosa de la cual copiaban rasgos físicos o de personalidad. Yo debo confesar que soy mucho más mundana y, extraigo esa información de las personas que me rodean, amigos, conocidos o simplemente alguien cuya actitud, forma de moverse o de hablar me ha llamado la atención por la calle o en un bar.
Me imagino como una pequeña lechuza al acecho de información cuando me muevo en mi entorno. Espero que después de leer esto mis amigos no dejen de querer pasar tiempo conmigo.
Luego, cuando ese gesto, esa frase, esa anécdota logra mover la maquinaria de la imaginación se produce el milagro. La idea comienza a crecer, a tomar vida propia, a crear personajes y escenas, que aunque trate de alejar, porque mi vida no me deja tiempo para escribir, permanecen alerta, esperando un momento, para regresar.
Mi primera novela, “Buenos días” partió de una sola frase, de un suceso aislado. Durante más de cuatro años los personajes, que luego conformarían la historia, permanecieron conmigo, hablando y actuando, hasta que logré reunir el valor para plasmar sus vidas en unas hojas en blanco.
Desde esa novela, cada vez que siento que una historia me atrapa, sé que no podré liberarme hasta que logre escribirla.
Disfruto y sufro, a partes iguales en el proceso de creación, tratando siempre de ofrecer a los lectores una obra mejor en cada trabajo que finalizo.
Pretendo seguir escribiendo, observando, aprendiendo y disfrutando todo lo que pueda. Y espero que los lectores quieran descubrir mis historias y que los personajes que las forman, al terminar la lectura, permanezcan vivos en sus recuerdos como antes estuvieron en los míos.
Todo un reto.
Obras de Alicia G García:
4 Comentarios
Lo importante es disfrutar!
ResponderEliminarBesos
Uys, que tengo Buenos días en la estantería desde hace mucho pendiente. Y me lo acabas de recordar. Y sí, lo importante es seguir disfrutando!
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues yo este libro no lo tengo y me apetece muchísimo desde hace tiempo a ver si tuviera ocasión de leerlo que pinta estupendamente.
ResponderEliminarBesos
En su momento leí "Buenos días" pero si te soy sincera luego perdí la pista a esta autora. Gracias por recordármelo
ResponderEliminarbesos
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