
Hoy os traemos una de las entrevistas más interesantes que hemos realizado hasta el momento. Autor de "Diario de un skin", "El palestino", "El año que trafiqué con mujeres", es en la actualidad testigo protegido como consecuencia de sus peligrosas investigaciones. Este mes ha publicado "Operación princesa", su primera novela, y os garantizamos que no tiene desperdicio. Desde Libros que voy Leyendo queremos agradecer a Antonio Salas el haber contestado a todas las preguntas que le hemos planteado con un tono sincero y directo, el mismo que encontramos en todos sus libros.
Antes de que os sumerjais en la lectura de la entrevista, os recomendamos que leáis la sinopsis de "Operación Princesa" y su biografía.
¿Cómo, cuándo y por qué te hiciste periodista?
Creo que cuando nací. Desde que tengo uso de razón amo esta profesión. Siempre he pensado que maestro, o médico, son las dos cosas más serias que se pueden ser en la vida. Pera soy muy indisciplinado y rebelde para ambas. Así que solo me quedaba el periodismo. Es otra forma de intentar sanar a la sociedad, enseñándole las cosas que nos esconden.
¿No eres un periodista al uso, en qué momento cambias la redacción por la cámara oculta y la investigación de alto riesgo?
Siempre me he dedicado al periodismo de investigación, pero hasta 2001 no había utilizado la cámara oculta. Ese año Telecinco nos reclutó a tres periodistas un poco kamikazes para crear un equipo de investigación de temas de alto riesgo. Mis compañeros se pusieron con el narcotráfico en Cuba y a mi me tocó el movimiento skinhead. Pero cuando entregué mi reportaje, un año después, en el que también probaba el apadrinamiento del Real Madrid con los neonazis de Ultrassur, el canal lo censuró brutalmente. Era el año del centenario del club y no querían problemas. Por eso decidí escribir un libro, “Diario de un skin”, contando todo lo que se había censurado en televisión.
¿Con qué palabras presentarías "Operación Princesa"?
Una evolución tardía. Debería haberme pasado a la novela mucho antes. El año pasado el Tribunal Constitucional falló contra el uso periodístico de la cámara oculta, creando jurisprudencia. Aquello fue un golpe para quienes utilizamos ese instrumento para documentar nuestros reportajes. Ya estaba totalmente metido en la nueva infiltración y no sabía qué hacer. Soy consciente que las cosas que cuento en mis libros podrían parecer inverosímiles si no estuviesen documentadas por las grabaciones, así que me sentí un poco perdido. Entonces mi editora me propuso un reto. Contar lo mismo, prescindiendo de la cámara oculta, y utilizando la libertad narrativa que ofrece la novela. Y ha sido una experiencia absolutamente innovadora. El texto más difícil de redactar, pero también el más gratificante. Ahora he sido libre para contar todo lo que no se puede contar en un ensayo.
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Con su primera esposa Dalal, antes de que fuera asesinada por los israelíes en Marzo de 2004 |
Antonio, ¿cómo ha sido la labor de preparación de esta novela? Cómo es introducirse en el peligroso mundo de las drogas y la prostitución?
Cualquier trabajo periodístico que pretenda desvelar como funciona el crimen organizado, la corrupción política y policial, y la relación de la banca con el narco, sin duda implica algún riesgo. Como en otras ocasiones empecé de cero. No podía imaginar las conexiones del narco con la élite política y empresarial. Ni el demoledor impacto que tiene el dinero del narco en la economía. Ha sido un auténtico viaje iniciático. Ahora puedo comprender porque estamos sumidos en una atroz crisis económica, porque los paraísos fiscales siempre existirán, y porque no importa que partido político gobierne un país. Al final los que mueven los hilos están por encima de la política.
En los últimos diez años has sido cabeza rapada, militante en grupos terroristas, traficante de mujeres y ahora vuelves a la actualidad con un personaje que monta una Harley Davison. ¿Cómo construyes ese personaje?
En 2009 decidí que, dada la situación actual, la siguiente investigación solo podía tener un objetivo: la corrupción. En este oficio la formación teórica es fundamental, porque cuando comienzas el trabajo de campo, a veces pasando muchos meses en países en conflicto, no vas a tener más apoyo que tu propio ingenio. Por eso es vital conocer a fondo el mundo en el que te vas a infiltrar. Leí muchísimo, volví a la universidad para matricularme en cursos sobre blanqueo de capitales, y finalmente supuse que si quería acercarme al mundo del narco y la corrupción mi personaje debía tener algo que ofecer. Se me ocurrió convertirme en un free biker, un motero outlawn pero que no viste parche de tres piezas. Un mercenario con experiencia en el tráfico de armas, dispuesto a trabajar para el mejor postor. Y funcionó. Mi formación como terrorista en los campos de adiestramiento de Venezuela, durante la infiltración de “El Palestino” me ayudó mucho a crear este personaje.
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En el mausoleo de Yasser Arafat en la Muqata de Ramallah jurando fidelidad a la resistencia palestina |
Alex, una joven universitaria a la que han arruinado su vida es una de las protagonistas de la novela, ¿Qué nos puedes decir de esta mujer?
El personaje de Alex está inspirado en la testigo protegido DPA123B. Una joven universitaria latinoamericana, cuya denuncia desató las investigaciones sobre corrupción policial y política, más notables de la historia de España, imputando a cientos de políticos, empresarios, policías, guardias civiles, etc. Los corruptos que abusaron de DPA123B se equivocaron de chica. En tercer año de carrera, hablando tres idiomas, DPA123B además tenía más valor que todos ellos juntos. No solo denunció a los corruptos, sino que colaboró con la investigación judicial utilizando su teléfono móvil como un arma. Grabando conversaciones, tomándoles fotos, etc, que están incluidas en el sumario. El personaje de Alex Cardona es una heroína arrebatadora, carismática y fascinante. Pero el mérito no es mío. DPA123B me lo puso fácil.

Cinco tramas que acaban confluyendo en una, ¿Cómo te las ingenias para mantener el equilibro entre todas?
Ese fue el mayor reto. Yo soy periodista. Mi trabajo es acceder a la información que intentan ocultarnos. Y eso se me da bien. Después, solo tenía que transcribir las grabaciones de cámara oculta y el libro se escribía solo. Pero “Operación Princesa” es diferente. Durante la investigación reuní millones de datos. Pura información periodística. Pero tenía que encontrar la forma de que el lector la recibiese toda sin aburrirse, y para eso escogí cuidadosamente cinco personajes que se convirtiesen en guía de cada una de las tramas. Eso fue lo más complicado. Mantener la pulsión narrativa, las sorpresas y los guiños durante 700 páginas para que el lector no pueda parar de leer. Llore, ría, se enfade tanto como yo. Y reciba, sin darse cuenta, un torrente brutal y demoledor de información útil. Y lo maravilloso de la narrativa es que te permite recuperar personajes que no deben ser olvidados, y dibujar el final que yo deseo a todos los corruptos…
¿Cuáles han sido tus mayores descubrimientos en cuanto a los temas de blanqueo de dinero y las redes que se establecen para ese fin?
He necesitado 700 páginas para resumirlos. El 11S lo cambió todo. Antes los narcos y sus aliados políticos solo tenían que preocuparse de amasar miles de millones. Pero en 2001 las leyes cambiaron. La financiación del terrorismo con el dinero del narco blindó las fronteras de EEUU primero y de Europa después. Nacieron las unidades de inteligencia financiera, como el SEPBLAC español, para luchar contra el blanqueo. Porque para el narco obtener miles de millones no es problema. El problema está en volver a introducir en dinero en el circuito legal. Para eso crean entramados empresariales, financian partidos políticos, utilizan el mundo del futbol, el arte, la banca. Pero cuando un Tte.Cnel de la Guardia Civil me explicó, que los paraísos fiscales también son utilizados por los Servicios Secretos, para financiar operaciones geoestratégicas sin autorización del Congreso, como Libia, Siria, etc, empecé a intuir las complejas ramificaciones económicas de un problema que ya nos afecta a todos.
¿Qué diferencia a Operación Princesa de tus anteriores libros?
Mis ensayos son muy cerebrales, pura información. “Operación Princesa” está escrito con las tripas y el corazón. Esta vez intentaré que la brutal avalancha de datos que he reunido durante los últimos tres años, puedan ser digeridos por el lector mientras intento emborracharlo de emociones. Quiero intentar que esta vez llore, ría, se indigne y se sorprenda tanto como yo, mientras vive lo que han vivido los protagonistas de esta historia. Y lo maravilloso de la novela es que te ofrece unas herramientas narrativas para ello que no permite el reportaje periodístico. Porque las cosas realmente importantes, no pueden contarse en un ensayo.
Todas tus infiltraciones han sido peligrosas, ¿Te pones algún límite? ¿Sientes miedo?
El límite es obtener respuestas a todas las preguntas que me hago antes de empezar cada investigación. La ventaja de no trabajar para ningún medio, grupo editorial o servicio de información, es que nadie establece un plazo de entrega. No me importa tardar uno, tres o seis años en completar una infiltración. Solo considero que esta ha concluido cuando ya se todo lo que quería saber sobre el tema. Pero el miedo es inevitable. Y además es un aliado. Te obliga a estar alerta, a no confiarte, a no cometer errores. El dia que un periodista encubierto deja de sentir miedo comete un error. Y cuando llevas una cámara oculta, en medio de un grupo de criminales, no hay segunda oportunidad. Si te pillan una vez, se acabó.
¿Cómo es el día a día de Antonio Salas?
No muy diferente al de cualquier concejal amenazado por ETA en Euskadi, o cualquier testigo protegido amenazado por el crimen organizado. Cada día debe ser diferente. Evitando las rutinas. Es lo primero que nos enseña la policía. En mi caso la paranoia se acentúa cuando justo ahora, cuando se publica un nuevo libro. Durante la infiltración, lógicamente, los grupos donde me infiltro ignoran que soy un periodista. Pero al publicarse el libro inevitablemente llegan las amenazas, el insulto y el odio. Siempre es igual. Entonces cualquier gestión se convierte en una experiencia estresante. Al abrir la puerta del ascensor, al entrar en un aparcamiento, al doblar una esquina. Siempre esperas que en ese instante surja un arma apuntándote a la cara. Por eso intentas escapar de las rutinas y que cada día sea diferente al anterior. Aunque siempre pendiente de cada matrícula, de cada cara, de cada señal que puedas interpretar como una amenaza.
¿Qué opinas de la corrupción en España? ¿Tiene solución? ¿Cuál?
Operación Princesa comienza con una cita: “Colgamos a los ladrones de poca monta, pero a los grandes ladrones los elegimos para cargos públicos”. Parece sacada de cualquier portada actual ¿verdad? Pero la escribió Esopo, un fabulista griego del siglo VI a C. No hemos inventado nada. La corrupción forma parte de la naturaleza humana. No es un problema actual, ni patrimonio español, es universal. Y una cuestión de oportunidad. Casi todos somos corruptos en pequeña escala. Publicistas, banqueros, periodistas, mecánicos, fontaneros… ¿Quién no ha engañado alguna vez para cobrar más o para pagar menos? ¿Y como reaccionaríamos si en lugar de ganar un puñado de euros tuviésemos la oportunidad de ganar millones? La integridad es un músculo que hay que ejercitar, de lo contrario se entumece.
En alguna ocasión hemos leído que utiliza los beneficios de sus libros para sus posteriores investigaciones, hecho que sin duda los lectores agradecemos pues hay mucho que investigar y sacar a la luz. ¿Qué tema cree que ahora mismo las altas esferas querrían que no investigaras?
Mis investigaciones son puro crowdfunding. A pesar de que me lo habían rechazado tres editoriales antes de que TdH se atreviese a publicarlo, “Diario de un skin” me dio la suficiente independencia económica para realizar la investigación de la trata de blancas sin depender de ningún canal de televisión, editor o servicio de información. Y los ingresos de “El año que trafiqué…” subvencionaron íntegramente la infiltración en el terrorismo internacional, igual que “El Palestino” pagó la investigación de “Operación Princesa”. Por eso no le debo nada a nadie más que a mis lectores. No debo fidelidad a ningún medio, servicio o interés más que ellos. “Operación Princesa” desnuda sin piedad ni compasión los mecanismos, móviles y consecuencias de la corrupción política y empresarial. Algunas, explicadas con todo detalle. Otras, las más aberrantes, he tenido que mimetizarlas entre líneas. Pero esta investigación me ha abierto las puertas de un laberinto inmenso, porque las ramificaciones del poder corrupto llegan a límites inimaginables. No imaginamos cuanto. Porque la información es poder, y el poder no se comparte.
¿Nos puedes adelantar algo de tu próximo trabajo?
No sería prudente avanzar el contexto de la próxima infiltración. Pero si puedo decirte que la nueva identidad ya está construida y en marcha. Siempre es igual. Desde el instante en que yo termino la redacción de un libro, y hasta que pasa las correcciones editoriales, los filtros jurídicos, la maquetación, impresión y llega al lector, transcurren unos meses que yo aprovecho para iniciar la nueva investigación. Cuando los lectores empezaron a leer las peripecias de Muhammad Abdallah en “El Palestino”, yo ya me había sacado el carnet de moto, me abría comprado una harley de segunda mano, y ya estaba rodando con los club de motoristas outlaws… Ahora ocurre igual. Cuando el lector empieza a adentrarse en Operación Princesa, yo ya estaré en la siguiente aventura.
Si tuvieras que recomendarnos un libro, ¿Cuál sería?
Teniendo en cuenta que mi oficio es el periodismo encubierto, sin duda cualquiera de Hunter Thompson, Donald Macyntire o Günter Wallraff. Pero en especial “ Diez días en un manicomio”, de Nellie Bly. Esta mujer excepcional fue la primera reportera en utilizar el formato de infiltración en periodismo. En 1887 Nellie Bly se hizo pasar por enferma mental para infiltrarse en un hospital psiquiátrico de New York, denunciando el trato a los pacientes, y las carencias presupuestarias. Su reportaje consiguió que el gobierno revisase la situación de los enfermos mentales en el estado. Para todos los periodistas encubiertos del mundo, Nellie Bly es un modelo a seguir.
5 Comentarios
Se me eriza la piel solo de pensar lo que nos depara al leer este libro, y más aún al pensar que lo que explica, es una REALIDAD. Mis más sinceras felicitaciones a Antonio Salas por su trabajo, que va más allá de que lo se le puede exigir a un periodista, y a un escritor. Dicho de otra manera, vaya par de .... que tiene !!
ResponderEliminarPor cierto, encuentro una terrible equivocación que hayan prohibido el uso de cámaras ocultas como prueba fehaciente en una investigación, después se preguntan por qué la gente no cree en la Justícia.
Mi más sincera enhorabuena al escritor y felicidades por esta fantástica entrevista a todos.
Un abrazo !
Un gran trabajo de investigación el que realiza siempre este escritor. Siempre me deja la piel de gallina por la valentía que tiene. Muchísimas gracias por la fantástica entrevista!
ResponderEliminarBesotes!!!
Qué buena entrevista. Buff menudo trabajo. Con gente así podemos conocer lo que otros se empeñan en esconder. Enhorabuena.
ResponderEliminarDespués de leer esta entrevista tengo muchas más ganas de leer el libro.
ResponderEliminarHan pasado unos cinco años de esta entrevista y los comentarios que estoy viendo. Hoy en un medio de comunicación ( radio ) estaban entrevistando a esta persona Antonio Salas.
ResponderEliminarSolo le escuché unos minutos, le habían distorsionado la voz en la entrevista y hablaban de un libro " El hombre que susurraba a las maquinas". Los pocos minutos que le escuché, me dije- tengo que comprar este ultimo libro.
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